GERNARACIÓN DEL 27
1. AUTORES:
Jorge Guillén, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, si bien hubo también muchos otros escritores, novelistas, ensayistas y dramaturgos que pertenecen a ella, desde Max Aub a otros más viejos, como Fernando Villalón, José Moreno Villa o León Felipe, y otros más jóvenes, como Miguel Hernández.
2. CARACTERÍSTICAS EN COMÚN QUE LOS HACEN PERTENECER A UNA MISMA GENERACIÓN:
1. Nacen entre el 1891 (Salinas) y 1905 (Altolaguirre).
2. Proceden de la alta burguesía.
3. FORMACIÓN: La mayoría se encontraron en la conocida Residencia de Estudiantes de Madrid. Esta residencia era una institución cultural en la que los jóvenes autores artísticos se encontraban bajo la supervisión de los intelectuales más importantes del momento, entre ellos destaca Ramón Menéndez Pidal, Américo Castro, Juan Ramón Jiménez o José Ortega y Gasset. En la Residencia coinciden también artistas como Salvador Dalí o Luis Buñuel, de ahí sus posteriores colaboraciones en proyectos cinematográficos, pictóricos o poéticos.
4. ACONTECIMIENTO GENERACIONAL: El homenaje a Góngora en la celebración del tricentenario de la muerte del poeta oponiéndose de este modo a los que no reconocían el talento de este autor.
5. Por último, estos autores colaboran en las mismas revistas literarias: Mediodía, Litoral, Papel de Aleluyas, Carmen, Verso y Prosa, La Gaceta Literaria, Gallo, Manantial y Meseta.
3. AFINIDADES ESTÉTICAS:
· Se caracterizan por la búsqueda del equilibrio y la armonía entre los sentimientos y la razón. Estos poetas humanizan la poesía pero sin desatender a las cuestiones del intelecto.
· La poesía es concebida como producto del trabajo y del ingenio.
· Pretenden que su arte sea válido para todo el público: minorías y mayorías. Para ello unen lo culto, lo vanguardista (surrealismo) y lo popular (empleo del romance). Alternan el hermetismo y la claridad, así como lo español y lo universal.
· Recogen los rasgos que más les interesan de las generaciones y movimientos anteriores.
o Del surrealismo encontraremos rasgos en Lorca, Alberti, Aleixandre, Cernuda; del creacionismo en Gerardo Diego.
o Admiran a los autores modernistas y 98 como Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Unamuno, Rubén Darío.
o También se interesan por el simbolismo de Bécquer.
Ejemplo de ello, Donde habite el olvido de Cernuda:
Donde habite el olvido
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
Donde habite el olvido.
o Sienten verdadera devoción por los clásicos: Manrique, Garcilaso, San Juan de la Cruz, Lope de Vega…
4. ETAPAS EN SU EVOLUCIÓN
Tres grandes etapas:
- Hasta 1927: Se dejan llevar o guiar por las corrientes deshumanizadas de las vanguardias, el modernismo.
- Entre 1927 y la Guerra Civil: se cansan de ese formalismo deshumanizado de la etapa anterior. Se comienza un proceso de rehumanización y se escriben las primeras obras surrealistas. Además se cultivan temas más humanos: el amor, frustraciones, inquietudes… Algunos, incluso, se van a interesar por cuestiones políticas y sociales.
Por esta época se crea la revista Caballo verde para la poesía, de Pablo Neruda (1935) en la que se publica “Manifiesto por una poesía sin pureza”
- Después de la guerra: el grupo se deshace.
- Lorca es fusilado en el 36.
- Otros poetas se exilian como Cernuda, Alberti, Salinas o Guillén. En su obra aparecerá el tema de la patria perdida.
- En España se quedan Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. Escriben una poesía angustiada y existencial.
5. AUTORES
Pedro Salinas (1891-1951): Su vida estuvo marcada por tormentas sentimentales, las cuales tuvieron expresión en algunas de sus obras como La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento.
La mayor parte de su poesía tiene como tema principal el amor. En la poesía de Salinas se nota una sensibilidad especial, así como una sinceridad cierta y no fingida. Sus poemas suelen ser cortos y prescinden frecuentemente de la rima. Consigue el ritmo mediante la repetición de palabras o estructuras sintácticas.
Jorge Guillén (1893-1984): La poesía de Guillén puede ser definida como pura o intelectual, ya que desaparecen en ella los elementos decorativos que había aportado el Modernismo, para quedar solo como una pura emoción lírica. Va a lo esencial, eliminando todo lo anecdótico, aunque no el sentimiento. Asocia la perfección a la existencia y canta en sus poemas a realidades tangibles y cotidianas, como, por ejemplo, a la hora del mediodía. Muchos de sus poemas son una exclamación gozosa y plena, un canto a la existencia y al presente, al aquí y al ahora. Utiliza palabras sencillas, con predominio de los sustantivos y las estructuras sintácticas simples. Desde el punto de vista métrico, utiliza estrofas cultas y tradicionales, como el soneto o la décima, y algunas populares, como el romance.
Cántico es un canto al mundo, a la existencia, a la vida sencilla y cotidiana, a la naturaleza. Es su obra más importante y una de las más importantes de la poesía española del siglo XX. Clamor es la otra cara de la moneda. Sigue cantando a la belleza, pero ahora introduce la parte negativa de todas las cosas, en una especie de contraste: el mal, el hambre, la guerra, etc. A pesar de ello, Guillén sigue apostando por lo positivo. Homenaje es una vuelta a Cántico, pero con más amplitud de miras: canta a la amistad, al arte a la cultura...
Gerardo Diego (1896-1987): Entre su obra, desde el punto de vista de la vanguardia, destacan Imagen (1922) y Manual de espumas (1924). Se trata de una poesía deshumanizada, cargada de imágenes complicadas de interpretar, en busca de una nueva realidad (Creacionismo). Utiliza el verso libre y prescinde de la puntuación. Al mismo tiempo que Gerardo Diego desarrolla la poesía de vanguardia, no olvida los temas y formas tradicionales en obras como El romancero de la novia (1918), Soria (1923), Versos humanos (1925), Versos divinos (1938-41) y su gran obra Alondra de verdad (1941). Emplea el romance, la décima y el soneto. Expresa su emoción ante temas tan diversos como el amor, el paisaje, la religión, la música o los toros. Gerardo Diego está considerado uno de los mejores autores de sonetos del siglo XX, lo cual queda demostrado en su gran obra Alondra de verdad.
En su poesía demuestra poseer una gran sensibilidad para la captación de la belleza, pero quizás esa poesía tan bella carece de la emoción que, por ejemplo, Pedro Salinas ponía en cada poema. Aun así, hay que destacar la labor de integración de las nuevas tendencias literarias aportadas por las vanguardias y la tradición literaria española llevada a cabo por Gerardo Diego en su obra.
Federico García Lorca (1898-1936): Famoso tanto por su obra poética como también por su trabajo como dramaturgo, se le considera una de las figuras más importantes del teatro español, con obras como La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre. Murió ejecutado por el franquismo, por ser afín al Frente Popular y por declarar abiertamente su homosexualidad.
Publica Libro de poemas en 1921 y Canciones en 1922, por lo que es uno de los primeros en publicar dentro de la Generación del 27. En estas obras se nota una gran influencia de Bécquer y del Modernismo. Poco a poco va encontrando su propia voz poética, y en Canción del jinete. Poema del cante jondo (compuesto en 1921, publicado en 1931) se encuentra ya formada. Lo andaluz aparece en este libro representado por los cantes flamencos, cuyo tema principal es la muerte. Trata temas populares desde un punto de vista culto e imprime en cada poema un sello propio e inconfundible.
Romancero gitano (1928) es una de sus grandes obras poéticas. El autor asocia el mundo de los gitanos –completamente estilizado e irreal– a la libertad y a la alegría. Como contraposición, aparece la Guardia Civil, símbolo de la represión y la tristeza. Se trata, en realidad, de la oposición vida / muerte. En esta obra encontramos la unión entre la vanguardia y la tradición. La vanguardia aparece en las imágenes y el uso de la metáfora, difícilmente interpretable en ocasiones, mientras que la tradición se encuentra en la utilización constante del romance. El mundo andaluz aparece visto desde una perspectiva irreal y fantástica.
Lorca viaja a Nueva York en 1929 y se ve hondamente impresionado por la gran ciudad americana. Este impacto es el motivo de Poeta en Nueva York (1935). A través del Surrealismo, ve a esta ciudad como la representación de lo más negativo de la civilización, fundamentalmente la deshumanización de sus construcciones. Lorca expresa, así, su desprecio por este tipo de vida con el empleo de metáforas e imágenes muy innovadoras. Con esta obra Lorca da un giro a su estilo. Desde ahora, las imágenes ilógicas y oníricas, las asociaciones extrañas y los versos libres aparecerán frecuentemente en su poesía. El Surrealismo aparece igualmente en Diván del Tamarit (1931-34), compuesto por dieciocho poemas breves centrados sobre la cultura árabe y andaluza.
Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (1934) es una de sus mejores obras. Dedicada a la muerte de su amigo Sánchez Mejías, torero y poeta, en la plaza de toros, es un resumen y compendio del mundo de Lorca: combina lo popular con el Surrealismo, el lenguaje se estiliza hasta límites insospechados y la utilización de la metáfora y las repeticiones es magistral.
La poesía de Lorca es, posiblemente, la mejor de la Generación del 27. Sabe mezclar como nadie lo culto y lo popular. El colorido y la brillantez de sus poemas son indiscutibles y el sello de Lorca se convierte en inconfundible.
Vicente Aleixandre (1898-1984): Poeta y miembro de la Real Academia Española, recibió a lo largo de su carrera numerosos premios nacionales e internacionales, entre los que cabe destacar el Premio Nobel de Literatura en 1977. Algunas de sus obras destacadas son En un vasto domino, Poemas de la Consumación y La destrucción o el amor.
Dámaso Alonso (1898-1990): Poeta, filólogo y editor. También fue reconocido con el Premio Miguel de Cervantes, en 1978. Dentro de su obra poética cabe destacar los libros Poemas puros, poemillas de la ciudad e Hijos de la ira. Como filólogo, tuvo una labor destacada en el campo de la estilística.
Emilio Prados (1899-1962): En la residencia estudiantil traba amistad con otros poetas del círculo. Debido a sus problemas de salud, debe recluirse y es en esta situación cuando nace su vocación de poeta. Además, asume un fuerte compromiso social y cuando la situación en su país se torna insostenible, se exilia a México. Es autor de Tiempo, Vuelta y Romancero general de la Guerra de España, entre otros.
Luis Cernuda (1902-1963): Poeta y crítico literario. Conoce a varios miembros de la Generación del 27 en el homenaje a Góngora, aunque él asiste sólo como oyente. Por aceptar su homosexualidad se lo consideró un “raro” y un rebelde.
Fue un hombre solitario y dolorido. Él mismo se sentía un marginado, quizás a causa de su condición de homosexual, razón por la cual se aisló y se rebeló contra todo. Durante toda su vida escribió sobre la imposibilidad de alcanzar los sueños en una realidad hostil como la que le rodeaba. La frustración, la añoranza de un mundo más habitable, el aburrimiento y el amor son los temas más frecuentes en su poesía.
La influencia de Bécquer se deja sentir en la mayoría de sus poemas. Rechaza el lenguaje ampuloso y grandilocuente y utiliza un tono conversacional con palabras cotidianas y coloquiales. Utiliza versos largos y prescinde de la rima. Refleja su mundo interior en cada uno de sus poemas con un gran sentimiento romántico.
Con influencias de Jorge Guillén publica Perfil en el aire (1927), compuesto por poemas juveniles y tiernos. En Un río, un amor (1929) y Los placeres prohibidos (1931) el tema central es el amor. Cernuda comienza a aplicar las técnicas surrealistas, fruto de lo cual es Donde habite el olvido (1932-33). Deja el amor de lado, y queda el olvido. Reúne todos los poemas escritos hasta ese momento en La realidad y el deseo (1936). Los temas románticos se repiten –amor, muerte, soledad– y el lenguaje es claro y sincero.
Tras la guerra, Cernuda amplía los temas sobre los que escribe. Aparece el destierro y la guerra en obras como Las nubes (1940) y Vivir sin estar viviendo (1944-49). Desolación de la quimera (1962) es su mejor obra. En ella se despide como poeta y vuelve a tratar sobre la niñez, el amor, el destierro y el arte.
Cernuda escribió dos grandes libros en prosa poética: Ocnos (1942-1963) y Variaciones sobre tema mexicano (1949-1950), evocaciones de Andalucía, la primera, y sobre México, la segunda.
Rafael Alberti (1902-1999): Hijo de padres italianos, se instala a los dieciocho años en Madrid, donde comienza a frecuentar a otros poetas de la Generación. Antes de 1927, ya había alcanzado un importante reconocimiento al recibir el Premio Nacional de Literatura por su obra Marinero en tierra. Más adelante, debido a su militancia en el Partido Comunista, debió exiliarse de España, pero regresó a su país a la muerte del general Franco.
Es el miembro de la Generación del 27 que ha vivido hasta más recientemente. Nació en el Puerto de Santa María (Cádiz). Empezó dedicándose a la pintura, pero la abandonó por la poesía. En 1934 fundó la revista revolucionaria Octubre. A causa de la Guerra Civil, se exilió a Argentina y, en 1962, se trasladó a Roma. Murió en su pueblo natal.
Alberti conoció muy bien la literatura española, lo cual se trasluce en su obra. Las influencias del Romancero y el Cancionero, Garcilaso, Góngora, Lope, Bécquer, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado son evidentes. Cultivó estilos diversos: lo popular, el surrealismo, la poesía pura, la poesía humanizada. Junto a Lorca, es el mejor ejemplo de la poesía neopopularista del 27.
Marinero en tierra (1924), primera obra del autor, fue Premio Nacional de Literatura. Está formada por poemas breves de tema popular, en los que domina la gracia ligera y la musicalidad. Trata sobre la añoranza del mar y de su tierra natal. La amante (1925) es el resultado de un viaje del autor por España. Al igual que la anterior, está inspirada por la poesía popular.
Con Cal y canto (1929) el autor se vuelca hacia la influencia de las vanguardias y la poesía culta. Aun así, hay influencia de Góngora, la cual se acentúa en Sobre los ángeles (1929). Se trata de un libro plenamente surrealista dominado por un mundo turbulento y angustioso.
En una tercera etapa, Alberti, influido por la Guerra Civil, publica El poeta en la calle (1938) y De un momento a otro (1937-39). Afiliado al Partido Comunista, desarrolla una importante labor propagandística a favor de la República. Se trata de poemas comprometidos con la causa, humanizados, a veces panfletarios.
Una vez en el exilio, Alberti publica una gran cantidad de obras. A la pintura (1948) es un homenaje que rinde a una de sus pasiones. En Retornos de lo vivo lejano (1952) y Ora marítima (1953) escribe sobre España, en poemas nostálgicos dedicados a la patria lejana. Baladas y canciones del Paraná (1954) continúa el tema de la nostalgia a causa del destierro. Por último, Alberti homenajea a Roma, la ciudad en la que vivió su última etapa desterrado, en Roma, peligro para caminantes (1968).
Manuel Altolaguirre (1905-1959): Se lo considera el poeta más intimista de esta Generación literaria. También se exilia durante el franquismo, viviendo en Francia, Cuba y México, donde se dedicó al cine. Entre sus libros se encuentran Las islas invitadas, Poemas del agua y Nube temporal.
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