viernes, 24 de enero de 2014

COMENTARIO FRAGMENTO DEL CANTAR DE MIO CID

“Con lágrimas en los ojos,   muy fuertemente llorando,
La cabeza atrás volvía    y quedábase  mirándolos.
Y vio las puertas abiertas,   y cerrojos quebrantados,
y vacías las alcándaras   sin las pieles, sin los mantos,
sin sus pájaros halcones,   sin los mudados.
   Suspiró entonces el Cid,   que eran grandes sus cuidados.
Habló allí como solía,   tan bien y tan mesurado:
-Gracias a ti, Señor Padre,   Tú que estás en lo más alto,
los que así mi vida han vuelto,    mis enemigos son, malos.”

1. Tema.

El tema del texto es el dolor que siente el Cid al dejar tierra.

2. Resumen.

Al marcharse, el Cid se vuelve a contemplar su casa vacía y desmantelada, desposeída de sus ropas y de sus aves de cetrería. Después, en una apelación a Dios, acusa a sus enemigos de lo que ocurre.

3. Estructura.

El texto está constituido por una tirada épica con rima asonante en “-a-o”. Al tratarse de una versión moderna de un texto medieval, el editor se ha tomado algunas licencias modernas. Así, la última palabra del segundo verso, “mirándolos”, posibilita la continuidad de la rima porque, al ser esdrújula, no se toma en cuenta la penúltima sílaba. Igualmente, se ha regularizado la métrica de los versos, pues todos tienen dieciséis sílabas, mediante la supresión de la penúltima sílaba de palabras esdrújulas (“mirándolos” al final del segundo verso y “alcándaras” al final del primer hemistiquio del cuarto verso) y el uso de sinalefas: entre “que” y “eran” en el segundo hemistiquio del sexto verso; entre “que” y “estás” en el segundo hemistiquio del octavo verso; entre “que” y “así” en el primer hemistiquio del noveno verso.

En el texto se pueden distinguir dos partes:

1. Primera parte (vv. 1-5): descripción de lo que contempla el Cid.
  1.1  (vv. 1-2): llanto del Cid.
  1.2  (vv. 3-5):estado de la casa del Cid al quedar vacía.

2. Segunda parte (vv. 6-9): manifestación de la serenidad del Cid.
  2.1 (vv. 6): gesto de pesar del Cid.
  2.2 (vv. 7- 9): palabras del Cid sobre los culpables de su destierro.

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