jueves, 19 de diciembre de 2013

LA SOLUCIÓN, REDUCIR GASTOS


NOS DICEN QUE HAY MIL MILLONES de seres humanos que sobreviven con el equivalente a un euro al día, pero no nos dicen por cuántos días. Los sueños de redenciones sociales colectivas no se han cumplido aún. Siguen siendo utópicos, como lo son todos los afanes humanos antes de ser reales, y por lo tanto hay que seguir soñando, nerudianamente, con un vapor oceánico de sopa y una gran panoplia de cucharas.

Si nos comparamos -y las comparaciones son siempre hermosas para una de las partes comparadas-, los españoles salimos muy bien parados. No podemos decir que estamos mejor que queremos, pero sí mejor de lo que podemos, ya que batimos la plusmarca de endeudamiento familiar.

Los préstamos a corto plazo son nuestro fuerte, seguidos desde muy cerca por los préstamos a largo plazo. Con el truco de la bajada de los tipos de interés nos tendemos nuestras propias trampas. Nos olvidamos de que el salario mínimo español es el segundo más bajo de la UE y afecta a unas 800.000 personas, que no son pocas. En sus hogares no se puede aplicar la receta más común , que no es otra que la de recortar gastos en alimentos porque no tienen ni para tijeras. Por otra parte, nada más triste que quitarse la comida de la boca para proveer a otros gastos, aunque sea para comprarse un móvil, que anda cerca de ella. Lo primero es lo primero y con las cosas de comer no se juega.

Existe otra solución para disminuir gastos en el hogar: disminuir el número de sus habitantes. Tengo la sospecha de que la ha puesto en práctica mucha gente este verano que murió ayer. Los ingresos en los geriátricos aumentaron sobre un veinte por ciento. Hay que tener en cuenta que uno de cada cuatro españoles que vive sumido en la pobreza es mayor de 65 años, lo que significa que cerca de un millón de compatriotas depende de personas más jóvenes. Lo peor de esta situación es verse obligados a respetar a sus menores. A los ancianos más díscolos se les suele abandonar en las gasolineras para reducir gastos, pero sólo cuando su pensión es muy reducida.
 Manuel Alcántara, 25/sep/03 "Diario de Sevilla"

COMENTARIO CRÍTICO

Como podemos observar, tras la lectura de este artículo, ya en el año 2003 la sociedad estaba inmersa en una situación económica pésima que en lugar de ir reduciéndose con el paso de los años se ha visto incrementada principalmente por el endeudamiento en el que las familias han caído.  Siete años después, se siguen dando las mismas situaciones de las que se nos habla en el texto y parece que no vaya a tener un final cercano.

No son solo problemas de la sociedad española, sino que todos los países del primer mundo tienen un importante número de personas que sobreviven con lo mínimo y si nos detenemos en el llamado tercer mundo la proporción aumentará considerablemente.

Según los datos que podemos obtener sobre la situación de pobreza en la actualidad, encontramos que el 17% de los niños que nacen lo hacen con un peso inferior al normal; en cuanto al paro, en la actualidad, unos 1.000 millones de trabajadores, es decir, aproximadamente un tercio de la población activa del mundo, están desempleados o subempleados. Si seguimos investigando encontraremos más datos que nos resultarían dramáticos.

A través de este artículo, el autor pretendía mover al ciudadano del año 2003 para que fuera consciente de la realidad que se estaba viviendo. En este momento, vuelve a cobrar relevancia y podemos incluso ver el comienzo de una situación que se agravaría con los años y que ha dado lugar a la situación actual. Ese endeudamiento de las familias ha sido uno de los desencadenantes de la bancarrota de numerosas casas.

Como se deduce del texto, los más perjudicados son siempre los más débiles, en este caso las personas mayores que se ven apartadas de la vida activa por no ser productivos y que en ocasiones se convierten en un problema para la economía familiar.

Es importante concienciar a la sociedad de la realidad a la que se está enfrentando en un momento dado para intentar que tome medidas y que las consecuencias no se arrastren hacia el futuro. 

(Alumna de 2º de Bachillerato)


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