LA
SOLUCIÓN, REDUCIR GASTOS
NOS DICEN
QUE HAY MIL MILLONES de seres humanos que
sobreviven con el equivalente a un euro al día, pero no nos dicen por cuántos
días. Los sueños de redenciones sociales colectivas no se han cumplido aún.
Siguen siendo utópicos, como lo son todos los afanes humanos antes de ser reales,
y por lo tanto hay que seguir soñando, nerudianamente, con un vapor oceánico de
sopa y una gran panoplia de cucharas.
Si nos comparamos -y las
comparaciones son siempre hermosas para una de las partes comparadas-, los
españoles salimos muy bien parados. No podemos decir que estamos mejor que
queremos, pero sí mejor de lo que podemos, ya que batimos la plusmarca de
endeudamiento familiar.
Los préstamos a corto plazo
son nuestro fuerte, seguidos desde muy cerca por los préstamos a largo plazo.
Con el truco de la bajada de los tipos de interés nos tendemos nuestras propias
trampas. Nos olvidamos de que el salario mínimo español es el segundo más bajo
de la UE y afecta a unas 800.000 personas, que no son pocas. En sus hogares no
se puede aplicar la receta más común , que no es otra que la de recortar gastos
en alimentos porque no tienen ni para tijeras. Por otra parte, nada más triste
que quitarse la comida de la boca para proveer a otros gastos, aunque sea para
comprarse un móvil, que anda cerca de ella. Lo primero es lo primero y con las
cosas de comer no se juega.
Existe otra solución para
disminuir gastos en el hogar: disminuir el número de sus habitantes. Tengo la
sospecha de que la ha puesto en práctica mucha gente este verano que murió
ayer. Los ingresos en los geriátricos aumentaron sobre un veinte por ciento.
Hay que tener en cuenta que uno de cada cuatro españoles que vive sumido en la
pobreza es mayor de 65 años, lo que significa que cerca de un millón de
compatriotas depende de personas más jóvenes. Lo peor de esta situación es
verse obligados a respetar a sus menores. A los ancianos más díscolos se les
suele abandonar en las gasolineras para reducir gastos, pero sólo cuando su
pensión es muy reducida.
Manuel
Alcántara, 25/sep/03 "Diario de Sevilla"
COMENTARIO DE TEXTO
El texto que vamos a comentar es
un artículo periodístico firmado por Manuel Alcántara y que apareció en el
periódico Diario de Sevilla el 24 del 3 del 2003. Se trata de un texto
de carácter expositivo-argumentativo cuya finalidad es informar a la vez que
persuadir al lector del mismo. Para ello el autor utiliza ejemplos y un
lenguaje de fácil comprensión para llegar a todo el público.
El texto expone las dificultades para
solucionar los problemas básicos de la humanidad y se centra en la situación económica de numerosas familias
en España que además de no tener suficiente dinero para sobrevivir se ven en la
necesidad de pedir préstamos y endeudarse eternamente. Además nos expone, de
forma sarcástica, las diversas maneras que se pueden emplear para reducir
gastos.
En cuanto a su estructura
externa, está dividido en tres párrafos que se relacionan de la siguiente
manera con el contenido. En el primero (l. 1-5) se plantea la tesis que
defiende el autor (lo difícil que es resolver los problemas básicos de la
sociedad); en el segundo (l. 6-15) se concreta la tesis con la ayuda de
ejemplos extraídos de la realidad española (préstamos, salario mínimo, recortes de gasto); el
tercero (l. 16-22) continúa en esta línea (geriátricos, dependencia y pobreza,
abandono de personas)
Como podemos ver, tras el
análisis del contenido, el autor ha empleado una estructura de tipo
analizante-deductiva, ya que la tesis (los problemas de la humanidad no se
han solucionado) aparece en el primer párrafo y a posteriori se concretan
los distintos aspectos.
Para defender su tesis el
autor no solo aporta su punto de vista
sobre el tema (los sueños de redenciones sociales colectivas no se han
cumplido, hay que seguir soñando) sino que emplea una serie de argumentos
para persuadir al lector. Entre los argumentos que utiliza destaca el de hechos probados, para lo que aporta una serie
de datos objetivos como en la l. 11, el salario mínimo español es el segundo
más bajo de la UE; l. 19-20, uno de cada cuatro españoles que vive sumido en la
pobreza es mayor de 65 años. Otro argumento empleado es el de la
experiencia personal, lo encontramos en la l. 21-22, a los ancianos más
díscolos se les abandona en las gasolineras.
En cuanto al lenguaje utilizado,
comprobamos que están presentes las siguientes funciones del lenguaje: la
función referencial, en los datos objetivos que nos da el autor (uno de cada
cuatro españoles que vive sumido en la pobreza es mayor de 65 años); también
encontramos la función apelativa que pretende implicar al
lector para lo que se emplea la primera persona del plural como en las líneas
1-2, Nos dicen que hay millones de … o en las líneas 7-8, no podemos
decir que estamos...; la función poética: que aunque propia de los
textos literarios también la podemos encontrar en los géneros periodísticos de
opinión y mixtos. En este caso se emplean diversas figuras retóricas como en
las líneas 4-5: con un vapor oceánico de sopa y una gran panoplia de
cucharas; por último encontramos la función expresiva a través de la
inclusión del propio autor en primera persona del singular como en las líneas
17-18, tengo la sospecha de que la ha puesto en práctica...
Por lo que respecta a las
modalidades oracionales, predomina la modalidad enunciativa, tanto afirmativa
como negativa.
En cuanto a la sintaxis, nos
hallamos ante un texto muy elaborado, con oraciones amplias en las que abunda
la complementación. Del mismo modo están presentes los principales mecanismos
de cohesión: repeticiones, pronombres (l. 1, seres humanos que; l. 3, como
lo son todos los; l. 13, la de recortar... ), determinantes posesivos y
demostrativos (l. 9, nuestro fuerte, l. 10, nuestras propias trampas),
sinonimia (l. 13, recortar gastos y l. 16, disminuir gastos), conectores
(l. 2, pero; l. 6, si nos...; l. 13, porque no tienen, por otra parte…)
El léxico es rico y variado y el
autor tiene la precaución de emplear diversos ejemplos para que el lector
entienda mejor lo que le quiere exponer. Es de destacar el empleo del tono
satírico e irónico que a lo largo del texto se observa y cuyo propósito es
provocar en el lector, el reconocimiento de estas situaciones de discriminación
social que se vive.
Muy bueno
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