Durante estos cuatro últimos años este blog ha estado a disposición de mis alumnos del IES Nuestra Señora de la Cabeza (Andújar), además de para todo aquel que por algún motivo llegó hasta él. A partir de este curso deja de ser el punto de encuentro entre mis alumnos de este instituto, ya que mi destino es otro, pero seguirá estando disponible para todo el que dé con él.
No seguiré actualizándolo, pero sí leyendo los comentarios o dudas que os puedan surgir.
Si has llegado hasta aquí, gracias por tu visita.
lunes, 1 de septiembre de 2014
martes, 22 de abril de 2014
EL TALENTO DE MR. RIPLEY
SÉPTIMA LECTURA: El talento de Mr. Ripley
Si pincháis sobre el libro accederéis al enlace para descargarlo.
SOBRE LA AUTORA Y SU ÉPOCA:
Si pincháis sobre el libro accederéis al enlace para descargarlo.
SINOPSIS:
En El talento de Mr. Ripley, la más célebre
novela de Patricia Highsmith, aparece su más fascinante personaje: el
inquietante y amoral Tom Ripley, figura prototípica de un género que Patricia
Highsmith ha inventado, que se sitúa entre la novela policiaca y la novela
negra, entre Graham Greene y Raymond Chandler, donde el más trepidante suspense
se aúna a un vertiginoso análisis psicológico. Mr. Greenleaf, un millonario
americano, le pide a Tom Ripley que intente convencer a su hijo Dickie que está
viviendo una vida bohemia en Italia para que regrese al hogar. Tom acepta el encargo,
y de paso pone tierra por medio a posibles problemas policiales. Allí se
encontrará con Dickie y su amiga Marge, con quienes establece una turbia y
compleja relación.
De nombre Mary Patricia Plangman, se trasladó de muy joven a Nueva York, graduándose en
1942 en el Barnard College. Trabajó para una editorial haciendo sinopsis de
historietas, comenzando a escribir a los veintidós años. Vivió algún tiempo
entre Nueva York y México, donde también publicó. Comoquiera que sus obras no
tuvieron demasiado éxito en Estados Unidos pero sí en Europa, en 1963 se
trasladó a Inglaterra, viviendo posteriormente en Francia y Suiza. De carácter
muy introvertido, era lesbiana, lo que se hizo notar en algunas de sus novelas,
y adicta al alcohol. Varias de sus novelas han sido llevadas al cine,
destacando Extraños en un tren, llevada en tres ocasiones, una de ellas con gran éxito por
Alfred Hitchcock. También produjo una serie para televisión.
Autora de relatos cortos y ensayos, es fundamentalmente conocida por sus novelas de suspense psicológico, y policiacas.
Autora de relatos cortos y ensayos, es fundamentalmente conocida por sus novelas de suspense psicológico, y policiacas.
La temática de la obra de Patricia Highsmith se centra en torno
a la culpa, la mentira y el crimen, y sus personajes, muy bien caracterizados,
suelen estar cerca de la psicopatía y se mueven en la frontera misma entre el
bien y el mal. Esto es muy notorio en su primera novela publicada, Extraños en un tren (de 1950),
que fue llevada un año después al cine por Alfred Hitchcock con el mismo título y cuyo guion fue adaptado por Raymond Chandler.
La visión de la realidad que se desprende de sus novelas y
cuentos es depresiva, pesimista y sombría, como también su concepto
sobre el ser humano. Algunas de sus novelas incluyen referencias homosexuales;
su novela Carol, que sus editores rechazaron por su
temática lésbica, fue publicada bajo el pseudónimo Claire Morgan en 1953 y vendió cerca de un millón de
ejemplares. En su última novela publicada, Small
g, un idilio de verano (de
forma póstuma un mes después de su fallecimiento), se trata nuevamente la
temática homosexual, esta vez en torno a la presentación de una serie de
relaciones equivocadas.
Highsmith, cuyo estilo se presenta tan económico como el
de Guy de Maupassant, al que admiraba, destaca
especialmente como creadora de personajes, especialmente marginales. Busca la
polémica y le atrae especialmente la ambigüedad moral: sus héroes suelen ser
personajes turbios y ambiguos que explotan la hipocresía social
para ascender socialmente. Su obra se compone de una veintena de novelas, un
gran número de relatos y un ensayo, El
arte del suspense. Su amigo Graham Greene dijo sobre ella: "Uno no cesa de
releerla. Ha creado un mundo original, cerrado, irracional, opresivo, donde no
penetramos sino con un sentimiento personal de peligro y casi a pesar nuestro,
pues tenemos enfrente un placer mezclado con escalofrío".
Alabada por la crítica como una de las mejores escritoras
de su generación, por la penetración psicológica que lograba en sus personajes
y sus tramas complejas y muy elaboradas, consiguió un reconocimiento
internacional que pasó al público.
domingo, 20 de abril de 2014
COMENTARIO DEL LAZARILLO DE TORMES
COMENTARIO DE TEXTO DEL LAZARILLO DE TORMES
(ALEXIS BÉJAR LÓPEZ 1º BACH E)
El fragmento que a
continuación vamos a comentar pertenece
una obra de autor anónimo titulada
El lazarillo de Tormes .Esta obra es una novela publicada en el año 1554,
es decir, en pleno Renacimiento.
El Renacimiento es un período de nuestra historia cultural que comienza en la Europa Occidental con el
descubrimiento de América (1492) y que perdura hasta finales del siglo XVI.
Durante esta época surgieron las naciones modernas
gobernadas por monarquías absolutas, basadas en el origen divino del poder, al
tiempo que en nuestro país los Reyes Católicos consiguen unir los territorios
de Aragón y Castilla. Bajo el reinado de Isabel y Fernando; Colón descubrió América,
convirtiendo el español en uno de los mayores imperios. Tras la muerte de ambos,
Carlos I accedió al trono, dando lugar a un período de apertura cultural,
intelectual y artística respecto a las nuevas corrientes surgidas en Italia. En
1556, Carlos I abdicó dando lugar a un nuevo reinado: el de Felipe II, durante
el que España se encerró nuevamente en el catolicismo y abandonó cualquier
posible entrada de nueva corrientes culturales.
En economía se produjeron grandes cambios debido a que
surgió un nuevo modelo económico: el capitalismo, que otorga más poder a quien
más dinero tiene.
La corriente cultural que predominó a lo largo de este
período fue el Humanismo que recupera la cultura grecolatina y sus ideales
estéticos así como el antropocentrismo, que sitúa al hombre en el centro del
universo, y la dignificación de las lenguas vulgares.
En filosofía se dan tres corrientes principales: epicureísmo
(vivir la vida con placer), estoicismo (resignación), escepticismo (ver para creer)
y neoplatonismo (realidad como reflejo de la belleza divina).
En esta época, la religión vive un período convulso
debido a la reforma luterana que ataca los pilares fundamentales de la Iglesia
Católica. Para frenar el auge del protestantismo como consecuencia de la
reforma luterana se pone en marcha la contrarreforma católica que impone mayor
firmeza en el dogma, austeridad y control de las ideologías disidentes, dando
lugar así a la formación de una nueva institución conocida con el nombre de Inquisición que tenía como fin suprimir la
herejía.
Si nos centramos en literatura y más especialmente en la lírica
de este período, observamos dos épocas diferenciadas. Por un lado tenemos el
primer renacimiento que gira en torno al
amor petrarquista. Imita los clásicos griegos y muestra una contraposición
entre los versos octosílabos y el uso de estrofas medievales como el romance o
el villancico. Por otro lado encontramos el manierismo o segundo renacimiento
caracterizado por su originalidad y el tratamiento de temas de carácter
patriótico moral o religioso.
La obra a la que pertenece el fragmento que estamos comentando,
se trata de la primera novela moderna debido a tres razones:
·
Por tener un personaje de origen humilde y carácter
antiheroico.
·
Por el tratamiento del personaje protagonista: Lázaro
evoluciona psicológicamente.
·
Por su estilo realista.
El Lazarillo de Tormes fue publicado por primera vez en
1554 (Burgos, Alcalá de Henares y Amberes) pero 5 años más tarde fue prohibida
debido a que realiza una fuerte crítica a la sociedad de la época centrándose
especialmente en la nobleza y el clero. Algunas de las características de esta
sociedad y que el autor critica son: la ausencia de valores morales y
religiosos, la hipocresía (representada por crueles mendigos y curas faltos de
caridad y moral) y los hidalgos venidos a menos que prefieren morir para
defender su limpieza de sangre y honra.
Nos encontramos ante un texto de carácter narrativo que
podemos situar dentro del subgénero de la novela. En este siglo tan prolífico de las letras
españolas encontramos una doble vertiente en cuanto al tipo de narrativa. Por un
lado se da una novela realista que puede ser bizantina, morisca, pastoril o de caballerías;
mientras que por otro hallamos la novela realista o picaresca, a la que
pertenece este fragmento.
En primer lugar, las novela idealistas se caracterizan por poseer unos personajes planos que no evolucionan con el
desarrollo de la acción; y que además presentan un ritmo lento de la acción como
consecuencia de las constantes interrupciones de la trama por medio de relatos,
poemas o descripciones; muestran un tiempo indefinido, irreal o mítico y se
plantea un paisaje idealizado, con
lugares exóticos o legendarios. Por último, el argumento de este tipo de obras
suele estar formado por lances caballerescos,
idilios amorosos o aventuras fantásticas.
En segundo lugar , la narrativa realista sigue el camino
iniciado por La Celestina y nos presenta
los aspectos cotidianos de forma realista , es decir , tal y como son
.Como hemos dicho anteriormente , la narrativa realista está formada
principalmente por la novela picaresca que consiste en una narración
autobiográfica de un personaje de clase social humilde y orígenes deshonestos
que para poder vivir tiene que mendigar y utilizar ingeniosas trampas, lo que
nos permitiría definir a este personaje como ingenioso y carente de escrúpulos
morales. Por último este tipo de novela supone un relato convergente (en el que
cada episodio está subordinado a explicar el deshonor en el que se encuentra
inmerso el pícaro) que gira en torno al hambre o al deseo de ascenso social que
el pícaro no puede ver cumplido.
A lo largo de los siete tratados que forman la novela.
Lázaro nos cuenta su miserable vida: hijo de un ladrón y una lavandera, se
queda huérfano de padre siendo muy niño. Al no poder mantenerlo, su madre se lo
entrega a un ciego que será su primer amo. Con el paso del tiempo servirá a
otros muchos amos: un clérigo avariento, un escudero, un fraile de la Merced,
un alguacil, etc.; hasta que finalmente se casa con la criada y protegida de un
capellán de Toledo que le ayuda a conseguir el ‘’honroso’’ oficio de pregonero
y que le es infiel. La novela termina con la irónica afirmación que el
protagonista hace de haber tenido mucha suerte en la vida.
Principalmente, a lo largo de la obra observamos cuatro
temas:
· La realidad social: formada por un sistema de valores
equivocados y caracterizada por los
problemas sociales y económicos que dan lugar a una situación de pobreza y miseria.
· El hambre: tema en torno al que giran los tres primeros
tratados.
· La honra:
comportamiento social negativo , falsas apariencias(presentes en el
capítulo del escudero)
· El anticlericalismo: provocado por la hipocresía de las
prácticas religiosas externas, la crueldad, la falta de caridad, la avaricia,
el engaño y la lascivia.
En cuanto al tema del presente texto destacamos el del hambre y la astucia como reflejo de la
realidad social.
En este fragmento concretamente, Lázaro y su amo ciego consiguen
un racimo cuyas uvas deciden comer de una en una. El ciego para poner a prueba
a Lázaro comienza a coger de dos en dos, y este también le sigue. Finalmente el
amo comprueba que Lázaro no le era fiel ya que cuando se saltó el trato su ‘’subordinado’’ no se
quejó.
La obra está formada por un prólogo (en el que se explica
mediante una carta las razones por las que se debe escribir un libro sobre la
vida de Lázaro) y siete tratados. El primero cuenta cómo fue su infancia y de
qué forma conoció a su primer amo, el ciego. En el segundo se muestra el
encuentro con un nuevo amo, un clérigo avariento al que Lázaro tiene que robar
para poder vivir. En el tercero, pasa a manos de otro amo, está vez un escudero
pobre que aparentaba ser rico. En el cuarto se pone al servicio de un fraile,
que le hace andar demasiado y del que termina cansado. En el quinto, acompaña a
un buldero que junto a un alguacil le enseña a engañar a la gente para
conseguir dinero. En el sexto, pasa a manos de un capellán que le mandaba una
serie de trabajos que le permiten a Lázaro poder comprarse ropa y una espada.
En el séptimo, conoce a un arcipreste con cuya hija se casa y consigue una vida
medianamente feliz.
Como podemos observar este episodio forma parte del
primer tratado debido a que está al servicio de su primer amo, el ciego.
Atendiendo a su estructura externa este
fragmento está formado por 24 líneas repartidas en 5 párrafos de diferente
extensión en los que aparecen intercalados el diálogo, marcado por los
guiones, y la narración.
Por otro lado, se podría decir que este texto es un
relato dentro de la historia, por lo que se puede dividir en planteamiento nudo
y desenlace.
· Planteamiento: se presentan los personajes , el lugar y
el tiempo; y se dejan entrever algunos matices del problema principal (l1-13)
· Nudo: Establecen cómo van a comerse las uvas y el ciego
pone a prueba a Lázaro.(l14-19)
· Desenlace: el ciego se percata del engaño de
Lázaro (l20-24)
A continuación, vamos a proceder a justificar la
pertenencia de este texto al género narrativo. En primer lugar, no encontramos
con que el narrador es el propio
personaje que se encarga de contar en primera persona lo que le sucedió con el
ciego y el racimo de uvas (l1-2, ’’Para que se vea el ingenio de este astuto ciego,
contaré un caso de los muchos que con él me acaecieron’’; l18, ‘’Como vi que el
quebraba la postura’’).
Por otro lado, los personajes de este fragmento son el ciego,
el pícaro y el vendimiador. De los que el pícaro y el ciego son personajes
principales y actantes mientras que el vendimiador es un personaje secundario y
actante .Si nos centramos en la caracterización de cada personaje , destacamos
que el ciego se caracteriza de forma directa , por medio del narrador, (l.23
,’’Respondió el sagacísimo ciego’’) y de forma indirecta , a través de lo que
él mismo dice en el primer párrafo(l.4-5, Se acogía a este refrán:<<Más
da el duro que el desnudo>>) y en el último (l.24,‘’-¿Sabes en qué veo
que las comiste tres a tres? En que yo comía dos a dos y callabas’’); por otro
lado, Lázaro sólo viene caracterizado por lo que el narrador, es decir él mismo,
dice de él. Lázaro es un pícaro mentiroso que siempre se la está ingeniando
para sacar beneficio de cada situación (l18-19, ‘’ no me contenté con ir a la
par con él; más aún pasaba y adelante; dos a dos y tres a tres, y como podía
las comía; l22’’-No comí –dije yo- ; mas ¿por qué sospecháis eso?).El ciego es
astuto y tiene por objetivo dar lecciones a Lázaro sobre la vida. (l.23,
’’Respondió el sagacísimo ciego’’; l.24, ’’-¿Sabes en qué veo que las comiste
tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas’’).Por último del
vendimiador, al ser un personaje secundario, no tenemos información aunque
podríamos decir que es generoso debido a que al ver a Lázaro y su amo en tan
difícil situación decide darles algo para comer.
En cuanto a la acción, encontramos hechos reales, que
pudieron haber ocurrido, y verosímiles, ya que no aparecen rasgos que impidan la credibilidad del texto.
Como hemos dicho antes, este fragmento, posee las tres partes propias de la narración:
planteamiento, nudo y desenlace. Los acontecimientos poseen una estructura lineal,
es decir, vienen ordenados cronológicamente desde el principio hasta el final.
Esta acción transcurre en un espacio abierto a aparentemente en un camino rural
de Almorox (l.6, ‘’llegando a un lugar
que llaman Almorox’’) antes del mediodía y entre los meses de julio y octubre, ya que la
vendimia se realiza entre el verano y el comienzo del otoño a primera hora de la mañana. Se podría decir
que los hechos transcurren en unas pocas horas; y respecto al tiempo interno
destaca la presencia de un tiempo escena producido por el diálogo que Lázaro
mantiene con su amo en los párrafos tercero y quinto.
Para finalizar el comentario vamos a
analizar la lengua y el estilo empleado en este fragmento.
En primer lugar, existe una parte dialogada en la que los personajes se comunican usando
el estilo directo, marcando cada intervención con guiones .Esta parte dialogada
abarca desde la línea 12 a la 15 y de la 21 a la 24.
Debido a que es un texto narrativo, apreciamos
la abundancia de verbos que ayudan a darle forma a la acción. En cuanto a estos
verbos destacamos: el uso del pretérito perfecto simple durante toda la obra (línea6, acaeció ;línea
10 acordó; línea 16 mudó) que presentando los hechos como sucedidos y otorgan
vivacidad al texto ; la aparición del pretérito imperfecto del indicativo , muy
frecuente en las descripciones ya que aporta información complementaria, (línea
3 , decía ,era) ;también encontramos el pretérito pluscuamperfecto del
indicativo que es empleado para recordar
acciones anteriores a las narradas en pasado(línea 11, me había dado);y por
último , encontramos el presente del indicativo que se utiliza para hacer
coincidir el tiempo de los hechos narrados con el tiempo del relato(presente histórico) (línea 2,
parece; línea 24 veo).
Como curiosidad, cabe
citar, el empleo por parte de Lázaro de la segunda persona del plural para
dirigirse a su amo (l22, ’’ ¿por qué sospecháis eso?) como una fórmula de
cortesía.
Otra cuestión a tener en
cuenta es la aparición de palabras que han cambiado de significado (mudar,
concierto); que están en desuso (fardel, escobajo) o que han evolucionado (agora->ahora
; ada->cada).
Centrándonos en la
sintaxis observamos la presencia de enunciados largos que intercalan oraciones
subordinadas y coordinas , complicando así la comprensión del texto(l.7-9’’Y
como suelen ir los cestos maltratados, y también porque la uva en aquel tiempo está
muy madura , se le desgranaba el racimo en la mano y si lo echaba en el fardel
se tornaba mosto’’).También destaca el uso de construcciones propias del siglo
XVI como puede ser la aparición del CD o CI detrás del verbo (l21,engañado me
has).
Es importante señalar
dentro de este análisis del estilo, el uso de un lenguaje sencillo que pretende
reflejar el habla de la época. Por ello, el texto está plagado de
características propias de ese lenguaje como pueden ser: el uso de refranes (l5,
‘’Más da el duro que el desnudo’’) o el empleo de expresiones como ‘’Juraré yo
a Dios’’ (l21).
En este fragmento es muy
frecuente la función poética del lenguaje que viene introducida por refranes
(l4‘’Más da el duro que el desnudo’’), así como por la utilización de figuras
retóricas entre las que destacamos: el polisíndeton , debido a la repetición del
nexo copulativo y(l.7-9, ‘’Y como
suelen ir los cestos maltratados y
también porque la uva en aquel tiempo está muy madura, se le desgranaba el
racimo en la mano y si lo echaba en
el fardel se tornaba mosto’’); paralelismo , provocado por la repetición de una
misma estructura gramatical(l.19,’’Dos a dos y tres a tres); la hipérbole, en
la línea 10 ya que se exagera el hecho de comerse el racimo de uvas y se
compara con un banquete ; y el hipérbaton , que se produce al alterar el
orden lógico de las palabras (l21, ‘’engañado me has’’ ).Por último , antes de
finalizar es oportuno comentar que a lo largo de la obra el autor utiliza la
ironía y el humor ,tal y como podemos observar en la última intervención del
ciego.(l24,’’¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos
a dos y callabas’’).
TEMA 10: EL TEATRO EN EL SIGLO DE ORO
El término Siglo de Oro fue concebido por el erudito y anticuario dieciochesco Luis José Velázquez, marqués de Valdeflores (1722-1772), quien lo empleó por primera vez en 1754, en su obra crítica pionera Orígenes de la poesía castellana, aunque para referirse exclusivamente al siglo XVI. Posteriormente la definición se amplió, entendiendo toda la época clásica o de apogeo de la cultura española, esencialmente el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo XVII. Para la historiografía y los teóricos modernos, pues, y ciñéndose a fechas concretas de acontecimientos clave, el Siglo de Oro abarca desde la publicación de la Gramática castellana de Nebrija en 1492 hasta la muerte de Calderón en 1681.
sábado, 29 de marzo de 2014
COMENTARIO CRÍTICO: "Los girasoles ciegos"
Ahora lamento no haber dicho a mis
padres que el hermano Salvador me vigilaba, porque el día que se presentó en
casa de improviso no estaban prevenidos. Llegó dando patadas a la puerta y
gritando. Mi madre no tuvo más remedio que dejarle pasar. Recuerdo que la casa
estaba casi sin muebles porque se los estaba llevando gente desconocida por
razones que no me atrevía a preguntar pero que yo atribuía a su pobreza y no a
la nuestra.
Entró como una exhalación llamándome y no dejó de vociferar hasta que me
encontró en la cocina fingiendo leer Alicia en el País de las Maravillas.
Me preguntó cómo estaba, me arrancó el libro de las manos, me lo devolvió
inmediatamente y me pidió, sin esperar mi respuesta, que le dejara hablar un
momento con mi madre.
Durante muchos años me ha atormentado el remordimiento por haber invocado a
los leprosos para que se comieran a ese energúmeno que estaba haciendo daño a
mi madre, porque cuando acudí aterrorizado al oír sus gritos, vi cómo mi padre,
desangelado e impotente, se abalanzaba sobre el hermano Salvador que estaba a
horcajadas sobre ella, que se protegía el rostro con las manos para evitar el
aliento de aquel puerco que hocicaba en su escote. Mi padre había salido del
armario.
Alberto Méndez, Los girasoles ciegos.
Comentario crítico de un fragmento de la última derrota.
Años 30, plena Guerra Civil Española.
Una situación incómoda, tanto para pueblo como para autoridades españolas. Un
enfrentamiento. Dos bandos, el Republicano y el sublevado. Y más de 500.000
muertos, tanto civiles como militares. A parte de los grupos exiliados.
En esta
España de conflictos, las actividades sociales estaban casi prohibidas, debido
a los toques de queda y a los enfrentamientos callejeros. Apenas había gente en
la calle, ya que si había grupos de personas reunidas se podrían tomar
represalias contra ellos.
Esto me
lleva a pensar en el miedo, en el terror y sobre todo, en el silencio que
tuvieron que mantener miles de familias humildes y trabajadoras de España.
Silencio, esa es la palabra que no hacia falta nombrar a los maridos de las
esposas de entonces. Las mujeres, sabían perfectamente los comentarios y hechos
que convenía que supieran los vecino aledaños. Solo hacían saber a sus
convecinos la felicidad de su hogar, un hogar en el que se vivía felizmente y
sin problema alguno.
Estas mujeres
de antaño, madres de sus hijos y esposas de sus maridos, han ido evolucionando
con el tiempo a mejor, debido a los derechos y deberes que se les han concedido
con la Declaración de los Derechos Humanos. Dichas mujeres han ido sacando,
poco a poco, a la luz las acometidas de sus maridos, bueno, más o menos como
ahora.
Cierto es,
que los casos de violencia de género han ido descendiendo desde que nuestro
queridísimo Adolfo Suárez aprobó la ley del divorcio y así miles de matrimonios
con problemas pudieron separarse sin que los maridos pudieran causar males
mayores en su relación. Aún así, con esta opción de separación, miles de
mujeres, tanto españolas como extranjeras, han aguantado las acometidas de unos
maridos machistas anclados en la mentalidad del pasado.
No solo se
dan casos de violencia machista en matrimonios, sino que también, miles de
parejas jóvenes mantienen más o menos la misma situación. Hombres jóvenes, con
no más de 20 años, tienen los mismos comportamientos que tenían los hombres de
mediados del siglo XX. Y diréis, ¿por qué tienen estos comportamientos si no
vivieron la época? Pues es muy fácil de contestar, simplemente, por la
educación que se le ha dado y lo que han visto en su casa.
En
definitiva, a parte de que algunas personas, de verdad, tuvieran deficiencias
graves, todos estos asesinatos, acometidas, represalias, agresiones tanto
sexuales como físicas contra la mujer, todo esto, me parece el más claro
ejemplo de la sociedad, una sociedad en la que a los hijos los dejan a sus
suerte embobados con los móviles y aprendiendo de lo que ven, en vez, de ser
educados aparte de por los profesores, por sus propios padres. Luego, pasa lo
que pasa, que tienes a unos hijos descontrolados e impulsivos capaces de
hacer lo que sea por tener por completo el control de su hogar.
Al fin y al
cabo todo esto no pasaría si a los futuros integrantes de la sociedad se les
educara en condiciones. La base de una buena vida de un niño o un adolescente
es la educación y el respeto por y hacia los demás.
Alejandro Fuentes, 2º Bach. C
COMENTARIO CRÍTICO: "San Manuel bueno, mártir"
Así fui llegando a mis veinticuatro años, que es cuando volvió de
América, con un caudalillo ahorrado, mi hermano Lázaro. Llegó acá, a
Valverde de Lucerna, con el propósito de llevarnos a mí y a nuestra madre a
vivir a la ciudad, acaso a Madrid.
–En
la aldea –decía– se entontece, se embrutece y se empobrece uno.
Y
añadía:
–Civilización
es lo contrario de ruralización; ¡aldeanerías no!, que no hice que fueras al Colegio para que te pudras luego aquí, entre
estos zafios patanes.
Yo callaba, aún dispuesta a resistir la emigración; pero nuestra
madre, que pasaba ya de la sesentena, se opuso desde un principio. «¡A mi edad,
cambiar de aguas!», dijo primero; mas luego dio a conocer claramente que ella
no podría vivir fuera de la vista de su lago, de su montaña, y sobre todo de su
Don Manuel.
–¡Sois
como las gatas, que os apegáis a la casa! –repetía mi hermano.
Cuando se percató de todo el imperio que sobre el pueblo todo y en especial sobre
nosotras, sobre mi madre y sobre mí, ejercía el santo varón evangélico, se
irritó contra éste. Le pareció un ejemplo de la oscura teocracia en que él suponía hundida a España.
Y empezó a barbotar sin descanso todos los viejos lugares comunes
anticlericales y hasta antirreligiosos y progresistas que había traído renovados del Nuevo Mundo.
–En
esta España de calzonazos --decía– los curas manejan a las mujeres
y las mujeres a los hombres... ¡y luego el campo!, ¡el campo!, este campo
feudal ...
Para él, feudal era un término pavoroso; feudal y medieval eran
los dos calificativos que prodigaba cuando quería condenar algo.
Le desconcertaba el ningún efecto que sobre nosotras hacían sus
diatribas y el casi ningún efecto que hacían en el pueblo, donde se le oía con
respetuosa indiferencia. «A estos patanes no hay quien les conmueva». Pero como
era bueno por ser inteligente, pronto se dio cuenta de la clase de imperio que
Don Manuel ejercía sobre el pueblo, pronto se enteró de la obra del cura de su
aldea.
–¡No,
no es como los otros –decía–, es un santo!
Miguel de Unamuno, San Manuel Bueno, mártir.
Como bien dice
la frase “siempre tiene que haber un tonto en la sala” y, para no variar,
España siempre se lleva el máximo de los galardones. Coincido completamente con
las críticas de Lázaro hacia nuestra sociedad, pero en este comentario me
gustaría llegar un poco más lejos.
¿Por qué no se
conservan los maravillosos ideales de Platón y su “República”, su
intelectualismo moral o su teoría ético-política y sí se sigue conservando la
absoluta tiranía con la que el Gobierno o la Iglesia nos sigue manipulando como
a unas marionetas?
Y es que no
concibo un Gobierno en el que su líder no tenga estudios superiores o sepa
simplemente hablar inglés. Pero aún menos puedo entender cómo una “secta
salvaje” como es la Iglesia ha podido durante tantos y tantos años estar al
mando del poder y cometer tantos crímenes como lo ha hecho.
Recientemente
he estado en la Basílica de San Pedro del Vaticano e inevitablemente quedé
atónito ante su “Capilla Sixtina” o sus “Museos Vaticanos”, pero no pude
recapacitar sobre esas desmesuradas y el lugar de procedencia de esa
financiación para construirlas. Mientras había gente en la calle muriéndose de
hambre, ese bueno y caritativo clero seguía indiferente para no perder ni una
sola moneda para construir sus iglesias y monasterios.
Debido a esta
avaricia de la Iglesia y al continúo analfabetismo que hemos ido arrastrando
siglo tras siglo, no por culpa del obrero, sino por culta de los gobernantes
que desde un principio no proporcionó una buena educación al ciudadano para,
por otro lado, seguir abasteciéndose con sus riquezas, somos lo que somos y nos
merecemos nuestro actual grupo de zoquetes y perezosos.
Ojalá hubiera
habido desde un principio un grupo de personas, al poder ser intelectuales, que
con un poquito de cabeza y racionalidad, hubieran construido una España mejor,
basándose en el esfuerzo y la constancia, para que yo hubiera vivido en una
nación digna.
Pero la
realidad es la realidad, y solo espero que este deseo, que no se ha cumplido,
pueda llevarse a cabo de ahora en adelante, para que mis hijos y generaciones
próximas puedan vivir en una España justa, la España deseada.
Juan
Antonio Pérez Lorente, 2º Bach. C
COMENTARIO CRÍTICO: "Los girasoles ciegos"
La primera vez que el capitán Alegría
estuvo cerca del riesgo fue, precisamente, el día que comienza esta historia.
Su decisión no fue la de unirse al enemigo sino rendirse, entregarse
prisionero. Un desertor es un enemigo que ha dejado de serlo; un rendido es un
enemigo derrotado, pero sigue siendo un enemigo. Alegría insistió varias veces
sobre ello cuando fue acusado de traición. Pero eso ocurrió más tarde.
En una confidencia inoportuna que días más tarde utilizaría el fiscal militar para pedir su muerte con ignominia, Alegría confesó a un suboficial intachable que los defensores de la República hubieran humillado más al ejército de Franco rindiéndose el primer día de la guerra que resistiendo tenazmente, porque cada muerto de esa guerra, fuera del bando que fuera, había servido sólo para glorificar al que mataba. Sin muertos, dijo, no habría gloria, y sin gloria sólo habría derrotados.
En una confidencia inoportuna que días más tarde utilizaría el fiscal militar para pedir su muerte con ignominia, Alegría confesó a un suboficial intachable que los defensores de la República hubieran humillado más al ejército de Franco rindiéndose el primer día de la guerra que resistiendo tenazmente, porque cada muerto de esa guerra, fuera del bando que fuera, había servido sólo para glorificar al que mataba. Sin muertos, dijo, no habría gloria, y sin gloria sólo habría derrotados.
Aunque se unió al ejército sublevado
en julio de 1936, al principio estuvo bajo la indecisión de sus mandos, que no
veían en aquel alférez provisional las cualidades de un guerrero y que
destinaron finalmente a Intendencia, donde su rectitud y su formación serían
más útiles que en el campo de batalla. Sin embargo, sabemos por los comentarios
a sus compañeros de armas que un cansancio sumergido y el pasar de los muertos
le transformó, según sus propias palabras, en un vivo rutinario. Aun así, a
finales de 1938, fue ascendido al grado de capitán para premiar su celo.
Soy un rendido.
Los girasoles ciegos, Alberto Méndez
COMENTARIO CRÍTICO DE LA
PRIMERA DERROTA
Pérdida, derrota,
vencido, abatido, consuelo, etc. son palabras con sabor amargo, pero
inevitablemente difíciles de asumir.
La derrota puede ser
uno de los sentimientos más tristes que puede haber, a parte de la pérdida de
un ser querido.
Personalmente, el
hecho de ser vencido me provoca una gran rabia y frustración que produce un
llanto desmedido que desemboca en un enfado hasta de varios días.
Los españoles sabemos
mucho de esto y aunque siempre en nuestro fatídico historial haya más puntos
rojos que verdes, la verdad está por encima de todo y es que nos cuesta mucho
reconocer que "no sabemos perder".
Reflexionamos y
reflexionamos sobre esa derrota y al fin y al cabo nos damos cuenta de que la
vida sigue y simplemente son unas derrotas más en nuestra vida, a las cuales
prefiero llamar "no-victorias".
Tal vez exagere un
poco con este tema, pero uno de mis puntos débiles es la frustración y no puedo
remediar expresarlo con tanto ímpetu. Me gusta distinguir dos tipos de
frustración: la evitable y la inevitable.
La evitable se centra
en el gobierno y la corrupción diaria que por culpa de unos pocos tenemos que
sufrirla otros muchos. Por otra parte, la inevitable es la derrota de la vida
de la que se habla en el texto y sufre el Capitán Alegría.
Provoca muchísima
rabia y enerva los cerebros de algunos cuando pensamos por qué lo evitable
tiene que ser lo inevitable y viceversa. ¿Por qué esa escoria política sin una
buena base estudiantil son los que roban al pueblo con sus privilegios
usando sus limusinas y sus pensiones vitalicias mientras hay gente
muriéndose de hambre en las calles y por qué algunas personas les produce
remordimientos, dolor y lágrimas perder una simple final de fútbol cuando no
se dan cuenta de que esas reacciones las tendrían que tener sublevándose contra
el poder en cualquier acto o manifestación?
Si hay alguna idea
clara de la que estoy segura es la de una marcha contra el poder. No
promuevo la violencia pero todavía recuerdo con orgullo, y no tengo
raíces francesas, aquella toma del Palacio de Versalles por parte del pueblo
parisino que consiguió con esfuerzo y valentía derrocar a Luis XVI del trono.
Quizás no desee una
reacción tan violenta del pueblo, pero sí me llenaría de orgullo y satisfacción
un pequeño susto del pueblo español ocupando la Moncloa con esa rabia y
frustración que malgastamos en las derrotas cotidianas para que se dieran
cuenta de una vez por todas y sufrieran en sus propias carnes el miedo y la
soledad que siente un desahuciado desamparado que no tiene más que el frío
suelo y su sucio cartón para poder sobrevivir día tras día en la puñetera
calle.
Juan Antonio Pérez Lorente, 2º Bach. C
COMENTARIO CRÍTICO DE SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR
Decíase que había entrado en el
seminario para hacerse cura, con el fin de atender a los hijos de una su
hermana recién viuda, de servirles de padre; que en el seminario se había
distinguido por su agudeza mental y su talento y que había rechazado ofertas de
brillante carrera eclesiástica porque él no quería ser sino de su Valverde de
Lucerna, de su aldea perdida como un broche entre el lago y la montaña que se mira en él.
Y ¡cómo quería a los
suyos! Su vida era arreglar matrimonios desavenidos, reducir a sus padres hijos
indómitos o reducir los padres a sus hijos, y sobre todo consolar a los
amargados y atediados y ayudar a todos a bien morir.
Me acuerdo, entre
otras cosas, de que al volver
de la ciudad la desgraciada hija de la tía Rabona, que se había perdido y volvió, soltera y desahuciada,
trayendo un hijito consigo, don Manuel no paró hasta que hizo que se casase con
ella su antiguo novio Perote y reconociese como suya a la criaturita,
diciéndole:
–Mira, da padre a este
pobre crío que no le tiene más que en el cielo.
–¡Pero, don Manuel, si
no es mía la culpa…!
–¡Quién lo sabe, hijo,
quién lo sabe…! y, sobre todo, no se trata de culpa.
Y hoy el pobre Perote,
inválido, paralítico, tiene como báculo y consuelo de su vida al hijo aquel
que, contagiado de la santidad de don Manuel, reconoció por suyo no siéndolo.
Miguel
de Unamuno: San Manuel Bueno, mártir.
Aquí os dejo un comentario crítico hecho en un examen de 2º de Bach.
Perote,
el bueno de Perote. El hombre que aceptó como hijo a uno que no era suyo por
recomendación de un “santo” y, tras haber caído enfermo, solo contó con el
consuelo de éste para vivir. ¿Qué ha de pensar Perote? ¿qué fue cosa del azar
de la vida?, ¿qué Dios, misericordioso, se apiadó de la deshonra que suponía
para él aceptar a ese hijo y le concedió su ayuda en los momentos de flaqueza?
¿Ha
de pensar Perote que no hay vida tras esta de paralítico? o ¿debe afianzar su
fe, ahora que la parálisis se apodera de sus piernas y creer que Dios se
volverá a apiadar de su situación y lo salvará?
El
conflicto no existe, no hay debate entre lo que Perote ha de hacer o no. El
desacuerdo reside en la naturaleza humana y en lo que nos resulta más fácil o
más consolador creer. Y del paralítico, no tengo la menor de las ideas, sin
embargo, sí conozco el problema moral que acarrea el creer para vivir tranquilo
y feliz o el negar escuchando a la razón.
Es
difícil inclinar la balanza hacia un extremo o hacia otro, puesto que he visto
al más ateo rezar en hospitales junto a enfermos y al más certero en su fe
negarla o, al menos, ponerla en duda ente fechorías.
Considero,
pues, que hemos de abstenernos en valorar al creyente, al agnóstico o al ateo,
dado que desconocemos el sufrimiento o las consecuencias que puede conllevar
serlo.
¿O
no sufre el creyente cuando no es premiada su buena conducta tanto como el ateo
que no le da sentido a la vida?
Es
esta, en el fondo, no solo una cuestión que se planteaba Unamuno, sino que nos
preguntamos todos de modo inconsciente o no.
Tatiana
García Muñoz, 2º Bach. B
COMENTARIO CRÍTICO DE ANTONIO MACHADO
Mi infancia son
recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde
madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor
Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas
gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura,
y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas
de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o
romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el
hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os
debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el
día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Antonio Machado, Campos de Castilla.
Aquí os dejo dos comentarios críticos sobre este poema de Antonio Machado hecho por los alumnos en un examen.
Machado, que comienza evocando su infancia, parece desintegrarse entre
preferencias y atributos, de forma tan veloz como aparece el viaje definitivo,
la muerte. Pero no son solo los versos del poeta los que se deshacen de manera
efímera, sino que nosotros lo hacemos simultáneamente.
Los mayores, experiencia viva, suelen resultar el tormento de jóvenes
que, agotados, escuchan una y otra vez la misma serenata de historias y
peripecias pasadas. Sin embargo, la mayoría de estos “profesionales de la vida”
no son conscientes de su actuación. “Parece que fue ayer”, “resulta increíble
que haya pasado tanto tiempo”, es entonces, al escuchar estas palabras, cuando
nuestra mente se activa y empieza a recordar.
No solo son ellos, nuestros mayores, los que no asimilan el paso del
tiempo, somos todos. Encadenados a una monotonía al nacer, nos volvemos
prisioneros de lo que establecemos, caemos en el caótico día a día y olvidamos
lo verdaderamente importante en la vida: vivir. Vemos pasar los meses del
calendario sin hacernos a la idea de lo que ello supone. Y, al igual que
nuestros mayores, deseamos regresar a una etapa previa donde poder recuperar el
tiempo “perdido” o disfrutar de aquello que no hicimos.
Pero la vida es así, corta e irreversible, pasajera. Venimos al mundo
para, al menos la mayoría, labrarnos un futuro al que le dedicamos la mayor
parte de nuestra vida y que, cuando llega, ignora todo aquello que habíamos
logrado. Resulta tan “estúpido” como “vivir para morir”. Así, desde la opinión
de una joven aterrada por el “tempus fugit”, considero que deberíamos de hacer
todo aquello que deseemos o, al menos, intentarlo para que el “vivir para
morir” sea “vivir y morir”.
Tatiana García Muños, 2º Bach. B
La vida de Machado, menuda “odisea”.
Es la primera palabra que aparece en mi mente al recordar la biografía de este
grandísimo poeta español. Viajó sin rumbo fijo, no se decidió por ningún
paisaje en especial. Amó con todas sus fuerzas, y la enfermedad se llevó a su
amada. Vivió en un periodo convulso, donde la palabra, que él tanto defendía,
perdió su fuerza.
Pese a todo esto, buscó refugio en la
poesía. ¡Qué loco!, diríamos actualmente, pero gracias a esta evasión de la
vida por medio de este recurso “tan pasado de moda”, nos encontramos poemas de
una altísima calidad.
Y tras pasar esta vida repleta de
baches como codilleras, él no desea haber tenido una existencia más llevadera,
sino que solo lo valoremos para que “su
verso, como deja el capitán su espada, sea famosa por la mano viril que lo
blandiera y no por el docto oficio del forjador preciado”.
Y por desgracia, creo que eso no se
está consiguiendo. No exagero si digo que la mayoría de nosotros no conocíamos
la obra de Machado anteriormente, quizás porque la poesía no es una de nuestras
pasiones o porque el método de enseñanza de la lírica no es el más adecuado. A
nadie le gusta el academicismo frío de un libro de teoría lírica.
Pero no solo la juventud no valora a
Machado. Nuestros padres, en su mayoría, conocen a este poeta por las
adaptaciones musicales que hizo Serrat de sus poemas. Y eso es más triste aún,
ya que la sociedad actual piensa que la poesía es aburrida, aunque no se da
cuenta que la música es poesía.
Creo que la enseñanza de la lírica
debería ser más práctica para que empecemos a valorar más a nuestros poetas y
no tratarlos como “bichos raros”. Solo así podremos cumplir el deseo de Machado
en su muerte, el reconocimiento. ¡Qué menos!
Miguel Ángel Palacios Fernández, 2º
Bach. B
Suscribirse a:
Entradas (Atom)